Los alimentos orgánicos tienen muy buena fama: se dice que son beneficiosos para la salud y que su producción tiene un menor impacto para el medioambiente. Debido a su creciente popularidad, los aparentes beneficios y también sus costos en el mercado, podemos preguntarnos ¿son los alimentos orgánicos realmente la mejor opción? ¿cómo podemos integrarlos a nuestra dieta sin desbalancear nuestra economía?
¿Cuáles son los alimentos orgánicos?
Cada país tiene su propia legislación sobre lo que se considera un alimento orgánico, pero, en general los alimentos orgánicos son aquellos que no son transgénicos y que no utilizan pesticidas ni fertilizantes artificiales en el proceso de producción. Si tú cultivas, por ejemplo, limones en el patio de tu casa, y sólo utilizas abono y plaguicidas naturales, en términos prácticos, estarías produciendo limones orgánicos. Sin embargo, para poder comercializar un alimento como “orgánico” se debe adquirir una certificación.
Como habíamos mencionado, los requisitos para este tipo de certificaciones varían, pero tomaremos como ejemplo a México. En este país, para vender un producto como orgánico se necesita del Distintivo Orgánico SAGARPA México. Para obtenerlo los productores deben pasar por un periodo de conversión, durante el cual se eliminan del suelo los restos de plaguicidas y elaborar un “plan orgánico” en el que presenten las actividades que realizarán. Según datos de la SAGARPA, en 2016, de las 169 mil hectáreas destinadas a la producción de cultivos orgánicos, 88.3 mil ya estaban en proceso de certificación, lo que beneficia a 2.3 millones de productores.
¿Qué ventajas tienen los productos orgánicos?
En comparación con la producción convencional, los alimentos orgánicos tienen un menor impacto en el medioambiente, pues en general se reduce la contaminación tanto de los suelos como del agua. Esto no significa que sea imposible que estos alimentos estén expuestos a sustancias tóxicas. La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes de Argentina indica que hay productos aprobados para la agricultura orgánica que son más tóxicos que otros usados por la agricultura convencional, como el sulfato de cobre (que funciona como fungicida), la abamectina y el spinosad (insecticidas de origen natural).
Debido a que es difícil que una persona consuma únicamente productos orgánicos, o solamente convencionales, es complicado realizar estudios que definan si los alimentos orgánicos son definitivamente mejores para la salud. Lo que sí se ha encontrado, es que las verduras orgánicas tienen más antioxidantes y menos cadmio. También se ha descubierto que la carne de origen orgánico, de animales que pastan libremente, tiene niveles más altos de omega-3.
¿Por qué los alimentos orgánicos son tan caros?
Los beneficios de los alimentos orgánicos son muy atractivos para muchas personas, pues en la actualidad hay una tendencia creciente a tener un consumo social y ecológicamente responsable, así como de cuidar la salud a través de la alimentación. Sin embargo, los productos certificados como orgánicos no siempre están al alcance de todo el público, pues es común que tengan un precio elevado en comparación con productos convencionales. En ocasiones, la diferencia es casi del doble.
¿Por qué esta diferencia es tan grande? Se debe a los costos de producción, que son más elevados que en la producción convencional. Recordemos que para poder comercializar productos orgánicos como tales, hay que pasar por un proceso de certificación, que también cuesta. Raúl Katthain, cofundador de la empresa que produce la leche orgánica “Bové”, comenta que cada año tienen que certificar su producto, y esto incluye tanto la planta como los procesos. Señala que todas las actividades que tienen que realizar para garantizar que sus productos son orgánicos, se traducen en un aumento en el costo de entre 50 y 60 centavos por cada peso.
Estos costos tan elevados impiden que muchas personas puedan integrar una mayor cantidad de alimentos orgánicos a sus despensas.
¿Qué se puede hacer para consumir más productos orgánicos?
Si has decidido incluir más alimentos orgánicos en tu dieta, pero no sabes cómo empezar, qué productos elegir o consideras que tu economía no puede mantener una despensa compuesta únicamente por este tipo de productos: no te preocupes. Queremos darte unos tips para que incluyas más alimentos orgánicos en tu alimentación.
En primer lugar, creemos que es importante aclarar que la producción convencional y la orgánica no son enemigas, ni son polos opuestos. Ambos métodos tienen cualidades positivas y benéficas, y nuestra dieta puede aprovechar productos de ambos tipos para satisfacer nuestros gustos y necesidades. Recuerda que aunque su concentración pueda ser diferente, los alimentos de origen convencional siguen teniendo las cualidades nutricionales (vitaminas, minerales, antioxidantes, etc.) por las que los conoces.
Si no puedes comprar únicamente frutas y verduras orgánicas, pero quisieras escoger algunas, te recomendamos que elijas aquellas que son más “sensibles”. Hay frutas y hortalizas que por su composición son más susceptibles a absorber plaguicidas, como las fresas, las manzanas, los tomates, las uvas, las cerezas, las peras, las espinacas y el apio, por lo que estos son casos en los que puedes preferir la alternativa orgánica.
¿Significa que no podemos comer tomates y fresas que no son orgánicos? No, pero debemos limpiarlos o pelarlos adecuadamente antes de comerlos.